El beneficio de Reiki en los
niños comienza ya en el vientre materno. Reiki favorece su energía luminosa,
los nutre, los protege y sobre todo, les permite una comunicación fluida y
constante con su madre.
Gracias a su inocencia, los
niños están libres de los prejuicios que tanto atan a la mayoría de los
adultos. De este modo la energía Reiki fluye hacia ellos sin impedimentos,
naturalmente, sin los bloqueos causados por temores o convicciones rígidas de cualquier
tipo.
Muchos padres recurren a un
tratamiento de Reiki para sus hijos cuando tienen problemas de hiperactividad,
timidez, pesadillas, insomnio, depresión ó porque han atravesado por
situaciones familiares que les producen angustia, como la separación de sus
padres, por ejemplo.
Reiki también ayuda a los
niños que son muy tranquilos a ser más receptivos, puesto que esta energía
agudiza los sentidos y logra que la persona tenga una percepción distinta de la
vida. Además, es muy útil para los pequeños que tienen dificultades para
concentrarse.
Cuando se trata de bebés o de
niños de corta edad es necesario adaptar las sesiones de acuerdo a su capacidad
para quedarse quietos mientras se les imponen las manos. Es mejor que estén
dormidos, para que estén más relajados.
En el caso de los bebés
notarán mucha mejoría los que sufran cólico del lactante, inicio de dentición,
otitis, trastornos de sueño, etc.
Las sesiones de Reiki para
niños tienen una duración de 20 minutos aproximadamente ya que ellos no son
capaces de aguantar más tiempo en una camilla
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